ESTUDIO DE OPTIMIZACIÓN EN IMPLANTE QUIRURGICO CANINO
En LOBECOR nos gusta imaginar el estado de la tecnología como una red, tipo tela de araña, capaz de retener los problemas para poder buscar su solución. El estado del conocimiento (investigación) determina el tamaño de la red, más extensa cuanto más avanza el conocimiento. Esta extensión hace que seamos capaces de abarcar cada vez más ámbitos pero también supone el alejamiento entre las diferentes ramas y, siguiendo con el símil de la red, un aumento del tamaño de la malla que supone una menor capacidad de retener los problemas concretos.
Hay otro crecimiento que une esas ramas por un tejido que será más útil para «atrapar» problemas cuanto más denso, se trata del crecimiento interdisciplinario. La figura que encarna este crecimiento sería el inventor que tiene la visión de emplear los nuevos descubrimientos para crear usos y técnicas de utilidad práctica (desarrollo).
Recientemente hemos tenido en LOBECOR un buen ejemplo de esta visión interdisciplinaria. En la cirugía reparadora de roturas tendinosas en perros se viene usando la técnica de colocar un implante (cuña de titanio) en la meseta tibial a la que previamente se le ha realizado un corte, con el fin de desplazar el punto de apoyo y favorecer la estabilidad de la marcha. Un prestigioso veterinario, D. Enrique Senís Alvarez de clínicas SELCAN, junto al Dr. Jose Luis Fontalba han tenido la idea de aplicar las tecnologías actuales para optimizar dicho implante, estudiando cómo obtener el mejor resultado modificando plano de corte y ángulo de desplazamiento.
Pensando que, después de todo, es un problema de mecánica de estructuras buscaron una compañía que les diera el soporte técnico para un primer estudio previo al desarrollo práctico, poniéndose en contacto con LOBECOR.
Nos enviaron el archivo 3d de una tibia de perro procedente de un TAC con el que pudimos crear un modelo informático que sirvió para estudiar la influencia de la posición y profundidad del corte así como el ángulo forzado por la prótesis en el desplazamiento de los puntos de apoyo, siempre bajo la tutela de D. Enrique Senís ya que nosotros no éramos más que la herramienta para llevar a cabo su idea.
Una vez determinados los parámetros se hicieron diferentes impresiones en 3D para poder visualizar el resultado de forma «palpable» y poder presentar el estudio en diferentes ámbitos no necesariamente familiarizados con el diseño 3D.
De esta manera, la visión de un profesional ajeno a las tecnologías 3D ha permitido unir conocimientos quirúrgico-veterinarios y diseño CAD-3D con impresión 3D para avanzar en la resolución de un problema.